(Buenos
Aires)
Con
elementos que recuerdan a la Comedia del arte italiana y la perfomance se
estrenó la obra Hielo negro en el teatro Sarmiento, perteneciente al Complejo
Teatral de Buenos Aires. Fue en una exitosa función de prensa el sábado 29 de
octubre pasado.
Recordemos
que la Comedia del arte a finales del
siglo xx se reconocía en claves esenciales del teatro independiente, el cine
burlesco y, como modelo didáctico, en la ideología de un teatro completo
(basado en el actor y el colectivo), recuperador del poder del gesto y la
improvisación, como se percibe en la obra de Meyerhold, Jacques Copeau,
Jean-Louis Barrault y, en especial, de Dario Fo.(1)
La obra Hielo negro
Hielo negro de
Luciana Acuña y Luis Biasotto, con dirección de Luciana Acuña. Los textos son
de Luis Biasotto, Luciana Acuña y Mariana Chaud. Los intérpretes y creadores
son Milva Leonardi, Francisco Dibar, Santiago Gobernori, Luciana Acuña y Matías
Sendón, a partir de una creación original de Luciana Acuña y Luis Biasotto. La
asistencia artística y coreográfica es de Ana Inés García, la producción y
colaboración artística son de Gabriela Gobbi, el video y la colaboración
dramatúrgica de Alejo Moguillansky, la música original es de Gabriel Chwojnik,
el diseño de iluminación de Matías Sendón, el diseño de vestuario de Mariana
Tirantte y el diseño de escenografía de Ariel Vaccaro.
Las funciones se
ofrecerán de viernes a domingos a las 20 horas, hasta el domingo 4 de
diciembre.
Viernes (día
popular)
Duración: 70
minutos
Hielo negro
Esta obra fue
creada en distintas residencias en Ecuador, EEUU y La Plata. La primera versión
fue en febrero de 2019 en Hamilton NY, lugar colmado de nieve para ese momento
del año. La nieve es un fenómeno que no existe en Buenos Aires, por lo que toda
la creación de Hielo negro estuvo teñida por este paisaje excepcional que fue,
para sus creadores, de absoluta inspiración. Todo estaba dispuesto para que un
nuevo imaginario se desplegara en la escena. La obra invita a entrar en dicho
imaginario y al universo de dos creadores que se conocieron de memoria y que
llevaron consigo muchísimos años de creación juntos y de amistad.
“‘Hielo negro’ es el último residuo de la
nieve. Cuando la temperatura supera los cero grados, el blanco impoluto se
disuelve. Lo que queda es una fina capa transparente que, al ser invisible, es
zona de peligro constante.
Ésta es otra
obra sobre la muerte, pero también sobre dos amigos; sobre el insondable abismo
de la creación; sobre los paisajes imposibles; sobre Romeo y Julieta; sobre los
fantasmas.
La muerte en
esta obra causa risa. Los muertos resucitan pero no causan terror. Quizás los
muertos resuciten porque no podemos vivir sin ellos. Quizás no haya nada en el
mundo que no haya estado antes, en algún otro tiempo o lugar. Quizás haya un
momento donde no podamos diferenciar más la fantasía de la realidad”.
Luciana Acuña /
Luis Biasotto – 2020
Hielo negro
Esta nueva
versión de Hielo negro contiene todas las anteriores. El color blanco, la
textura, el frío, la nieve y sus consecuencias. El cuerpo comandando la acción,
el lenguaje físico duro y brutal. Las palabras, textos sencillos y escuetos;
las historias, inventadas.
Hielo negro es
una obra creada por dos amigos, dos creadores que ya no están.
Autores que,
como fantasmas, se hacen presentes en la representación.
Autores que
murieron en el pasado y vuelven disfrazados de presente. La lógica del sueño
parece reinar en Hielo negro: un teatro disfrazado de teatro, unos cuerpos
tomados por otros cuerpos, una obra poseída por otra, dos autores que están
vivos y muertos a la vez.
¿Cómo hacer teatro
después de la muerte? ¿Cómo hacer teatro con fantasmas?
La tradición no
es exactamente nueva, los ballets siempre se alimentaron de los espectros: las
sílfides, Giselle, las willis, el espectro de la rosa, los cisnes, el padre de
Hamlet, ¡Shakespeare!
Aunque Hielo
negro, más allá de reflejarse en ese pasado, por sus mecanismos de
representación, se posiciona de forma contundente dentro de la escena
contemporánea.
A partir del
presente, no toca temas del presente, sino que el presente es un punto de partida,
y no un punto de referencia. Un punto de partida inevitable hacia la
abstracción, hacia la muerte.
Lejos de ser una
obra que reflexione sobre el tema de manera discursiva o documental, Hielo
negro trabaja directamente con la materialidad propia de la ficción. Se ubica
entre esa ficción y su propio origen. En ese pequeño intervalo, en ese limbo
donde todas las ficciones son posibles.
Los creadores
Luciana Acuña y
Luis Biasotto fundaron juntos el Grupo Krapp cerca del año 2000. Desde entonces
sacudieron la escena argentina y Krapp es, hoy, un grupo que nadie dudaría en
llamar de culto y de gran influencia en la escena. Sus obras fueron mostradas
en teatros y festivales de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. En paralelo
a Krapp, ambos hicieron obras por su cuenta, colaborando o bailando uno y otra
en la creación de su compañero. Sin embargo, hasta 2019 nunca habían hecho un
dúo entre ellos dos. Ese dúo es Hielo negro. Allí se plasman y cristalizan
todas sus obsesiones: el eterno cuestionamiento sobre qué es danza; el
corrimiento de límites entre danza, teatro, cine, performance; la explosión
física característica de su lenguaje; la imaginación desatada; la actuación
como forma del movimiento; la voluntad férrea de ficción; la convivencia de
materiales sonoros y visuales como imágenes puras e inabordables; el naufragio
escénico; el abismo y la muerte; y -finalmente- el humor: la carcajada como
forma posible de la libertad o del amor. Por otro lado, no nos equivocaríamos
si afirmamos que es una obra sobre su amistad de más de veinte años trabajando
juntos.
En el Complejo
Teatral el Grupo Krapp presentó en 2017 El futuro de los hipopótamos, en el
marco del ciclo “Danza al borde” del Teatro de la Ribera.
(1)
Fuente:
Wikipedia
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