(Buenos
Aires)
En el
Teatro San Martín, Sala Cunill Cabanellas se puede ver Fedra, del destacado
dramaturgo
español Juan Mayorga dirigida por Adrián Blanco. El personaje de Fedra está a
cargo
de Marcela Ferradás y el de Hipólito por Francisco Prim. Teseo es
interpretado por
Marcelo
D´Andrea. Recientemente se pudo ver El cartógrafo, de Juan Mayorga, en esta
misma
sala
del Teatro San Martín.
Existen
varias versiones de Fedra de distintos autores a lo largo del tiempo, ya que
el tema
de la obra se remonta a una vieja leyenda ritual de Trecén en la Argólide,
relacionada
con el culto a Poseidón; el núcleo originario parece haber sido la muerte
violenta
sufrida por Hipólito, un héroe joven, hermoso y virgen.
Autores
que llevaron a escena el mito: Eurípides, Séneca, Robert Garnier, Jean Racine,
Pradon,
Unamuno, Villalonga, Salvador Espriu entre otros.
La leyenda
Fedra,
hija de Minos, rey de Creta y de Pasífae, la hermana de Ariadna, esposa del
héroe
Teseo,
que había tenido a Hipólito con la amazona Antíope. Cuando Fedra conoció a
su hijastro
en los misterios de Eleusis, concibió por él una loca pasión, y lo siguió hasta
Trecén,
donde erigió un templo a Afrodita Catascopia “la que mira hacia abajo” el cual
le servía
para espiar los ejercicios del joven en el gimnasio. Fedra languidecía hasta
que
le
declaró su amor al joven, quien horrorizado le afeó la actitud. Entonces Fedra
se rasgó
las vestiduras
y alzó el clamor: “Socorro que me violan”, después de lo cual se ahorcó, y
dejó
una carta escrita a Teseo en la que acusaba a Hipólito. Este fue maldecido y
desterrado
de
Atenas por su padre, quien suplicó a Poseidón que castigase al culpable. Apenas
Hipólito
abandonó
la ciudad con su carro y pasó por el itsmo, cayó sobre él una ola gigantesca
sobre
cuya
cresta navegaba un cazón (pez); espantados los caballos, el carro se precipitó
contra
una
roca e Hipólito quedó despedazado. Ártemis transportó al moribundo hasta
Trecén, donde
su
padre todavía pudo reconciliarse con él; mientras la sombra de Hipólito bajaba
al reino de
los
difuntos, los dioses llevaron su cuerpo a los cielos, donde se convirtió en la
constelación del
Carro.
Hipólito
Con
esta leyenda parece haberse mezclado luego la personalidad legendaria de Teseo y,
sobre todo,
habérsele introducido, como oponente a la figura de Hipólito, el personaje de
Fedra,
una mujer dominada por su pasión.
Luego
la leyenda ha ido evolucionando en un doble sentido: de una parte, Fedra ha ido
adquiriendo
protagonismo con el consiguiente desplazamiento de Hipólito; de otra, se
ha
producido una progresiva rehabiltación moral de esta protagonista.
En
Eurípides, aunque las dos versiones conservan el mismo título de Hipólito, lo
que hace
suponer
que éste es el protagonista, la segunda parece haber sido motivada por ese
intento
de
rehabilitación moral a la que nos acabamos de referir: en el Hipólito I según
se puede
deducir
por los fragmentos y testimonios indirectos, Fedra declaraba su amor a Hipólito
y esto
ocurría además mientras Teseo estaba en Tesalia. Se cometía así doble delito de
incesto
y de adulterio.
Hipólito II parece haber venido a corregir el escándalo producido por. Hipólito
ahora
se presenta a Fedra víctima de Afrodita; es culpable, pero lo expía con la
muerte. Su
deseo
es salvar su honor; lo demás es obra de los dioses. Teseo además está ausente,
en una
misión
sagrada.
La obra
de Sófocles no se conoce, pero su título, Fedra, sugiere un mayor protagonismo
de la
heroína. Grimal cree probable también que Sófocles colocara ya a Teseo en los
infiernos,
con lo
cual se eximía a Fedra del delito de adulterio.
En
Séneca se encuentran mezclados todos estos elementos: Teseo está en los
infiernos (Fedra
se querrá
convencer insistentemente a sí misma de que allí, no volverá nunca su marido).
Fedra
declara su amor a Hipólito, como en Hipólito I, pero también es el personaje de
Hipólito
II, que
se debate, si no – como en esta última obra – entre sus deseos y la voluntad
divina, sí
entre los
principios de moralidad que le dicta su razón y el torrente incontrolable de la
pasión
que la
arrastra.
La obra
de Séneca está montada sobre la oposición de dos planos: el de Fedra, presidido
por
Afrodita,
y el de Hipólito, que es el de Diana. Esta oposición Afrodita-Diana se
refuerza, todavía
dentro del
plano mitológico, con otra serie de elementos, como son, de un lado, los lazos
familiares
que unen a Fedra con Ariadna, Minas y Pasifae, personajes todos caracterizados
por
haber
sido víctimas de fuertes pasiones amorosas y, de otro, la filiación de
Hipólito, hijo de
Antíope,
una de las célibes amazonas.
Todo
este aparato mitológico está puesto al servicio de lo que es el verdadero eje
temático
de la
pieza: el conflicto entre la razón y la pasión, una dura batalla en la que se alinean en
aquel bando
Hipólito y la Nodriza y en este otro Fedra y Teseo.
En la
versión de Fedra de Juan Mayorga hay una reivindicación de Fedra como personaje
femenino
con una visión adaptada al siglo XXI. Fedra dice que no puede gobernar su casa
que
queda
al cuidado de Hipólito, hijo de Teseo, ausente
porque ha emprendido un viaje, ya que
tampoco
puede gobernarse a ella misma.
Inducida
por Enone, la Nodriza, Fedra confiesa a Hipólito su deseo y precipita el drama.
El
personaje de Enone – la Nodriza – está interpretado por Horacio Peña con muy
buen
desempeño.
La
puesta de Adrián Blanco y esta versión de Juan Mayorga, presentan a Fedra como
heroína
que se enfrenta a un mundo de hombres para intentar salir del laberinto del
destino.
Se
destaca el trabajo de todo elenco y la dirección de Adrián Blanco. También la
escenografía,
la
música y el diseño sonoro de Carlos
Ledrag y el vestuario de Luciana Gutman.
Ficha
técnica
El
elenco está integrado por Marcela Ferradás, Horacio Peña, Marcelo D’Andrea,
Francisco Prim, Gastón Biagioni y Emilio Spaventa. Maestro de esgrima: Andres
D’Adamo. La asistente de Iluminación es Susana
Zilbervarg, la asistente de escenografía es Mae Bermúdez, el diseño de sonido y
música original es de Carlos Ledrag (en timbales, Arauco Yepes; timbalista
alternante, Juan Denari), la iluminación es de Leandra Rodríguez, el
vestuario es de Luciana Gutman y la escenografía es de Marcelo Valiente.
SOBRE LA OBRA
Fedra es casi un nombre prohibido. Lleva consigo el
adulterio y la culpa. ¿No será que en este mundo de hombres, donde la mujer
también es una pertenencia –sobre todo si de pasión amorosa se trata– toda
rebeldía y sublevación deberá ser cruelmente castigada? La tragedia, el mito y
el rito a Tánatos son las rutas que conducen al corazón del drama de Fedra,
heroína que se enfrentará a un mundo de hombres para intentar salir del
laberinto del destino.
Adrián Blanco
SOBRE EL DIRECTOR
Adrián Blanco es
actor, dramaturgo, director y docente. Se inició en el Instituto Vocacional de
Arte donde tuvo como primeros docentes a Ariel Bufano. Luego cursó sus estudios
en la Escuela Nacional de Arte Dramático con profesores de la talla de Lorenzo
Quinteros, Mónica Galán y Enrique Escope. Continuó su formación teatral con
Luis Agustoni, Roberto Durán, Raúl Serrano, Laura Yusem y Mario González. Sus
creaciones más importantes como director teatral son Plauto de Carlos Trías;
Errante en la sombra de Federico Andahazi; Por la gloria de Ricardo Halac; Ser
ellas de Erika Halvorsen; Los malditos sobre textos de Roberto Arlt; Los pro y
los contra de hacer dedo de José Sbarra; Bacacay, Trans-Atlántico y Opereta de
Witold Gombrowicz. Como actor participó, entre muchos otros, en los montajes de
Luces de bohemia de Valle Inclán, Alma en pena de Eduardo Rovner, Caricias de
Sergi Belbel, La historia del huevo, unipersonal con dramaturgia propia. En
cine actuó en films como Vagón fumador, D.N.I., Los pasajeros del jardín y El
infierno tan temido. En televisión participó de Tiempo final, Primicias, Casa
natal, Señoras y señores, Hombres de ley, Ficciones y Las 24 horas. Como
docente se destaca su labor en Liberarte, Foro Gandhi y en la Asociación
Argentina de Actores, donde tuvo a su cargo los cursos de actuación para
adolescentes.
SOBRE EL AUTOR
Juan Mayorga nació en
Madrid en 1965. Es uno de los mayores exponentes de la actual dramaturgia
española. Doctorado en Filosofía y licenciado en Matemáticas, es miembro
fundador del colectivo teatral El Astillero y participa en las revistas
especializadas Primer Acto y Acotaciones. Recientemente ha sido designado en la
Silla M de la Real Academia Española. Es autor, entre otras, de las obras El
traductor de Blumemberg, El sueño de Ginebra, Cartas de amor a Stalin, El Gordo
y el Flaco, Animales nocturnos, Palabra de perro, Hamelin, La paz perpetua y El
elefante ha ocupado la catedral. También realizó versiones de Fuenteovejuna
(Lope de Vega), El gran inquisidor (Dostoievski), Divinas palabras
(Valle-Inclán), Un enemigo del pueblo (Ibsen), Rey Lear (Shakespeare), Platónov
(Chejov) y Woyzeck (Georg Büchner). En el Teatro San Martín se presentaron su
obra Camino del cielo (Himmelweg), su versión de La vida es sueño de Calderón
de la Barca por la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España, y El
cartógrafo, durante la presente temporada.
Las funciones se ofrecerán de miércoles a domingos a las 20.30 hs.
Teatro
San Martín. www.complejoteatral.gob.ar
Bibliografía:
Séneca,
Fedra, Introducción y notas de Jesús Luque Moreno, editorial Del Nuevo Extremo
Nadia
Julien, Enciclopedia de los mitos, editorial Swing
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