(Buenos Aires)
Duración: 110 minutos
Las funciones tendrán lugar de miércoles a domingos a las 20 horas.
Hasta el domingo 4 de septiembre.
EL ESPECTÁCULO
En un país imaginario se abre una grieta ideológica dentro
de un mismo partido. Un joven se presenta como secretario del líder político.
Ha sido enviado por una facción contraria con la secreta misión de eliminarlo.
Son tiempos de la Segunda Guerra Mundial, de objetivos
claros y precisos. Pero las certezas que conducen a la acción se revelan
inestables. La realidad parece impostada como en el teatro, y el joven que debe
cumplir la misión siente al caminar, los pasos falsos.
Borges escribió que nuestro destino no es espantoso por
irreal, sino por irreversible. La posibilidad de estar representando un rol, de
ser otro, nos concede la ilusión de haberlo inventado. Para Sartre, es la
ilusión de ser libres.
Las manos sucias se estrenó en París en 1948. Dios ya se
había muerto en el siglo anterior, pero a la luz de los crímenes de la guerra,
del nazismo, y de los gulags soviéticos, también se desmoronaba la Cultura como
garante de humanidad.
En ese desierto ético, y a pocos años del asesinato de
Trotsky, Las manos sucias se interpretó como una denuncia del stalinismo. El
autor dijo que había sido un gran malentendido, a partir del cual sometió las
representaciones de su texto a la aprobación del Partido Comunista para su
estreno en cada país.
Más allá de la anécdota, lo cierto es que la obra encendió
el debate con relación al dilema de si el fin justifica los medios, de la
responsabilidad individual, de las diferencias entre las ideas y la praxis, de
las fantasías heroicas y de las verdades de la real politik.
EL AUTOR
Filósofo, novelista y dramaturgo, Jean-Paul Sartre (París,
1905-1980) es uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. En El ser y
la nada, publicada en 1943 en una Europa arrasada por la guerra, se encuentra
la base de su pensamiento filosófico, el existencialismo, según el cual todo
ser humano se enfrenta a la necesidad de elegir y es el único responsable de
las consecuencias de sus actos. A sus ideas filosóficas, Sartre las puso en
tensión con la experiencia a través de la literatura: en las novelas La náusea,
Los caminos de la libertad o La suerte está echada, y en las piezas teatrales
Las moscas, A puerta cerrada, Muertos sin sepultura, La puta respetuosa, El
diablo y Dios. Las manos sucias, estrenada en 1948 en el Teatro Antoine de
París, plantea la disyuntiva entre la moral y la praxis: ¿debemos defender
nuestros principios o hacer lo que en cada circunstancia resulta políticamente
más útil? Cada uno debe responder según su propia conciencia.
LA DIRECTORA
Eva Halac estudió actuación en la escuela de Agustín Alezzo
y dramaturgia con Ricardo Monti. Estrenó de su autoría J. Timerman (2018),
Sánchez Bulevar (2015), Café irlandés (2014), La voluntad, teatro a distancia
(2014), Español para extranjeros (2007), Los pianistas (2000), La divina
pintura (1999) y El deforme (1997). Entre los espectáculos que montó figuran La
invención de Morel de Adolfo Bioy Casares (1995), La Pintura, sobre textos de
Leonardo da Vinci (1996), Morse, Punto y Línea sobre el plano, sobre textos de
Kandinsky (1998), Un guapo del 900 de Samuel Eichelbaum (2008), Las de Barranco
de Gregorio de Laferrere (2016), Julio César de Shakespeare (2015), La Señora
Klein de Nicholas Wright (2014), Ceremonia de hombres solos de Humberto Rivas
(2013) y En familia de Florencio Sánchez (2012), entre otros. En las salas del
CTBA dirigió Las descentradas de Salvadora Medina Onrubia (2012, Teatro Regio),
1810 de Martín Coronado (2010, Teatro de la Ribera), El reñidero de Sergio De
Cecco (2009, Teatro Regio), Los pianistas (2001, Teatro Sarmiento) y Sonata de
Otoño de Ramón del Valle-Inclán (1993, Sala Cunill Cabanellas)
Teatro San Martín. www.complejoteatral.gob.ar
Año del 40° Aniversario de la Guerra de Malvinas. “En
homenaje a los veteranos y caídos en la defensa de las Islas Malvinas y el
Atlántico Sur”
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